“Hueles a pura tierra mojada”
Por estos días comienzan las Fiestas de Octubre de Guadalajara Jalisco Mexico, donde todas las noches hay palenque en el auditorio Benito Juárez, con riñas de gallos y shows de artistas. Es la gran fiesta de los tapatíos, como se llama a los nacidos en Guadalajara. Cuenta la historia que cuando llegaron los españoles escucharon a los aborígenes que decían permanentemente tapatl, una medida o unidad de intercambio. Como no entendían, los bautizaron tapatíos.
¿Qué nos distingue?
Tequila, mariachi y charrería. Son los símbolos de la mexicanidad originarios del estado de Jalisco. Una suerte de orgullo patriótico de los habitantes de esta ciudad que no es de las más turísticas del país, pero sí, qué duda cabe, de las más mexicanas.
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Porque como buenos representantes de los distintivos del país, el tequila se consume a toda hora, en margaritas o caballitos (shots), casi como si fuera agua. También se usa en la cocina en platos que saben al tequila, en postres y bombones. Y al visitar la Ruta del Tequila sumerge entre destilerías y campos plantados con agave.
Las serenatas de un mariachi frente al balcón de la mujer amada para pedirle casamiento o simplemente como agasajo de un aniversario siguen tan vigentes como antes. “¿Cómo tu marido no te pidió casamiento con un mariachi?”, me preguntaron con asombro, como si no existiera otra forma de hacer una propuesta matrimonial.
Los mariachis se reúnen precisamente en la plaza de los Mariachis (Calzada Independencia y Javier Mina), en el centro, para ofrecer sus servicios y negociar la tarifa con los clientes, durante todo el día. Hay para todos los presupuestos: los que quieren impresionar deben pagar 300 dólares por una buena serenata, pero también se consigue por 140.
Y además se los ve en bares y restaurantes, con la guitarra a cuestas y el traje típico, ofreciendo un Cielito lindo al paso. Cuando los comensales aceptan, el resto de la banda, desperdigada, rodea la mesa y se convierte en el centro de atracción. Cantan con el alma, mirando fijamente a la mujer a la que va destinada la canción y con el orgullo de seguir con una tradición de años, que en muchos casos se fue pasando de abuelos a padres y nietos.
Guadalajara, a 535 kilómetros del Distrito Federal, es la segunda ciudad del país, con seis millones de habitantes. Y aunque recibe 3 millones 800 mil visitantes por año, el 80% llega por negocios o para asistir a ferias, congresos y convenciones.
Es más probable que se llegue a visitar la Feria del Libro o la Exposición del Calzado, que se realizan en el gran centro de exposiciones Expo Guadalajara, el más grande de México, que en plan de vacaciones. Pero en cualquiera de los dos casos vale la pena dedicarle unos días para vivir un México bien folklórico durante este mes patrio.