Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo en Tequila las amas de casa acudían al arroyo a lavar su ropa, pero era tan peligroso que muchas personas se accidentaban así que para evitar que las personas se ahogaran se construyeron los lavaderos, las personas que tenían más tiempo lavando son las que podían elegir su lugar, Doña Félix quien desde los quince años lavaba siempre en el mismo lugar y además se distinguía por dejar la ropa más limpia y con un delicioso aroma a pesar de no utilizar ningún tipo de aromatizante pues no se utilizaban en esa época, razón por la cual la gente le pagaba por lavar su ropa pero ella también lavaba la ropa de sus once hijos. Doña Félix se jorobaba mucho para lavar así que mandó a pedir que le enviaran un ladrillo de su casa para utilizarlo como un escalón, ya en el año de 1988 Doña Félix dejó de lavar y cinco años más tarde falleció el 14 de mayo de 1993.
Después de su fallecimiento el ladrillo le comenzó a estorbar a la gente así que lo aventaban o movían hacia un lado pero este siempre volvía a su lugar por tal motivo se toma la decisión de dejar el ladrillo ajustado con cemento a los pies del lavadero de Doña Félix.
A partir del año 2003 durante las renovaciones de los lavadores un velador de Tequila Orendain, mejor conocido como Toño el Mocho, que conocía a Doña Félix desde niño se encontró un día con ella (sin saber que ella ya estaba muerta), la saludó y platicó con ella queriendo saber cómo estaba ella, sin embargo Doña Félix solamente preguntaba por sus hijos y el señor le pareció lamentable que a su edad siguiera lavando ropa sin apoyo de ninguno de sus hijos profesionistas todos así que un día encontrando a una de sus hijas le reclamó por permitir que Doña Félix siguiera lavando con tan avanzada edad e hizo énfasis en lo vergonzoso que era mantenerla lavando y en ese estado, es ahí donde la hija le da a conocer a Toño el Mecho que su madre había fallecido diez años antes, ante la incredulidad lo llevó a la tumba y es así cómo se convence de lo ocurrido.
Mucha gente es la que empieza a comentar que veían a Doña Félix pero tan pronto se acercaban ella se desvanecía en el aire, con la llegada de turistas curiosos que se tomaban fotos en los lavaderos es que se empiezan a notar siluetas en las fotos y algunas veces se nota muy clara a doña félix, los lavaderos son ahora un fuerte atractivo sitio turístico dentro de tequila digno de visitar.
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