Historia de las posadas navideñas en México.
Sobre el origen de las tradicionales posadas y su significado, se afirma que fue el agustino Diego de Soria quien, en 1587, pidió permiso al Papa Sixto V. para celebrar misas diarias durante la novena que iba del 16 al 24 de diciembre. Fr. Diego de Soria se encontraba ministrando en el monasterio o convento de Acolman, en el centro de la Nueva España.
Recibió el respectivo permiso, y comenzaron a celebrarse las misas, acompañadas de representaciones de la Virgen y San José “pidiendo posada” es decir, un alojamiento digno (posada era sinónimo de mesón).
Sobre este punto nos comenta Antonio Toussaint, en su artículo “La navidad en el México de antaño” (Artes de México núm. 72, 1965, p. 11) lo siguiente: “En 1587, durante un viaje a tierras europeas, fray Diego de Soria, prior del convento mexicano, obtuvo el papa Sixto V la bula de autorización para la celebración de misas en la Nueva España como festejo del “aguinaldo” que se oficiaba del 16 al 24 de diciembre de cada año.
Los agustinos, “aprovechando el amplio atrio y la capilla abierta de la iglesia perteneciente al convento de Acolman diéronse a celebrar estas misas con gran boato, viéndose muy concurridas de españoles, criollos e indios”.
Al final del culto, se celebraba una pequeña fiesta donde los fieles, vendados los ojos (fieles cristianos caminando en fe ciega) golpeaban una piñata de siete puntas con un palo. El palo representaba la fortaleza cristiana por medio de la obediencia y la común unión con
La piñata representaba las tentaciones malignas a través de los siete pecados capitales: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. Por esta razón, las piñatas tenían siete puntas. Romper la piñata a ciegas representaba el triunfo de la virtud sobre la tentación, y la recompensa o justo premio consistía en la diversidad de frutas y golosinas que caían del interior de la piñata (desde las alturas) para delicia de los concurrentes.
En este punto, podemos establecer un paralelismo y complemento de significado con la “reliquia” zacatecana, la cual tomó carta de naturalización en La Laguna.
Si golpear la piñata de siete puntas significa una ruptura en fe ciega con los siete pecados capitales, consumir la reliquia de asado de puerco y siete sopas implica alimentar el cuerpo (asado) y el alma (sopas) para la lucha espiritual, ya que las siete sopas representan el alimento del alma a través de la práctica de las siete virtudes opuestas a los pecados considerados en la piñata: la humildad, contra la soberbia; la generosidad, contra la avaricia; la castidad, contra la lujuria; la paciencia, contra la ira; la templanza, contra la gula; la caridad, contra la envidia; la diligencia, contra la pereza.
En la actualidad, nuestras posadas, en su gran mayoría, han dejado de ser celebraciones de la fe, para convertirse en simples fiestas pre-navideñas.
Por otro lado, en el México prehispánico se celebraba a dioses como Quetzalcóatl y Huitzilopochtli. El el 25 de diciembre marcaba el solsticio de invierno para los habitantes del hemisferio norte, es una fecha festejada a lo largo y ancho del planeta. Así como el catolicismo adoptó la Navidad de la religión romana.
Para deshacerse de esas fiestas y popularizar las misas de aguinaldo, los evangelizadores de San Agustín Acolman crearon las primeras posadas, todas las noches, del 16 al 24 de diciembre. En ellas, se hacía una representación de la Natividad que terminaba con un banquete y, de postre, pequeñas estatuas de tzoatl, precursoras de las famosas alegrías de amaranto.
Aunque al principio se realizaban solo en las iglesias, con el tiempo, las posadas eran organizadas en las calles y las casas de los pueblos y las ciudades. Para el siglo XIX, esta tradición ya era parte fundamental de las costumbres navideñas en México.
Esa es la historia de las posadas navideñas en México. Aunque la razón original tiene que ver con la enseñanza de la doctrina cristiana, actualmente los mexicanos celebran las posadas navideñas como una forma de convivir con los vecinos, amigos, compañeros de trabajo y familia, en una época en la que se respira un ambiente de cordialidad y unión. Te recomendamos que reserves tu posada navideña en Guadalajara con www.gdltours.com puedes elegir entre City tour, Tequila, Chapala, Mazamitla y Guachimontones para celebrar con tu familia.
Con información de milenio.com
Autor:Dr. Sergio Antonio Corona Páez