Aunque muchos piensan que es originario de España, la jericalla es un postre que se creó en Guadalajara en el siglo XIX y hoy es un emblema de la gastronomía tapatía.
El origen en el Hospicio Cabañas
Se cuenta que una monja del Hospicio Cabañas buscaba un postre nutritivo y económico para los niños. Mezcló leche, huevo, canela, azúcar y vainilla, y así nació la jericalla.
Una mezcla de culturas
El nombre proviene de “Jérica”, un pueblo de Valencia, España, pero la receta tapatía le dio su propia identidad, distinta a la crema catalana o el flan.
El secreto de la costra dorada
Lo que hace única a la jericalla es la capa caramelizada que se forma en la parte superior al hornearse, dándole una textura inconfundible.
Dónde probar la mejor jericalla
Puedes encontrarlas en mercados tradicionales como San Juan de Dios, fondas locales y restaurantes que aún respetan la receta clásica.
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